Propiocepción y otros convencionalismos sociales
La canción de la semana, queridos compañeros, es una oda a la sublime decadencia orgánica y el lento retornar de la propiocepción... Que una cosa no quite la otra.
Oh, sí, esa sensación que vuelve como el Mississippi cuando vino a contradecir a Heráclito... A la mierda la linealidad y la causalidad y todos estos asquerosos abstractos tan preciosos y tan alienantes y tan fácilmente subyugados al frío vacío sideral. Contra todo pronóstico, la profunda sorpresa me impide apenas ser partícipe de la sorpresa. Que podría escribir una epopeya y escribo un par de párrafos porque no puedo escribir mucho más. Ahhh estos tonos de gris, tan difusos, tan inconsecuentes, incoherentes e insultantes...
Ah, sí, la sorpresa. Sí, bueno, la sorpresa es parte fundamental del retorno, de la catarsis, de la imprimación. La sorpresa es todo esto.
Y de qué manera ruge el agua, que me valgan los dioses, de qué forma atruena...
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