And the things, you know...
Hay cosas que son difíciles de comprender, o difíciles de aprender. Hay otras que son difíciles de describir. Hay cosas que son todo esto. Una de esas es el hecho de que cada vez odie más el producto de mis manos. Cada palabra que escribo me parece, me suena, más vacía que la anterior. Cada frase, más barroca y más simple que ninguna. Cada adjetivo, adverbio (-ente) o herramienta de cualquier tipo que utilice, en fin, me acaba provocando arcadas cuando los contemplo retrospectivamente. Esta misma entrada me repulsa bastante. Todo lo que he escrito me... humm... toda esta forma de 'hablar', este prosaismo artificioso y magnánimo, ¿por qué lo hago así? Lo odio, en serio que sí, pero ya no es eso. Es que me da asco.
En fin. La noche es larga, pero el día lo es cada vez más.
En fin. La noche es larga, pero el día lo es cada vez más.
Nunca hay que rendirse, siempre se progresa en la escritura. Yo sigo siempre una máxima: cuanto más sencillo y más trasmita, mejor; lo que es difícil, porque solemos "enamorarnos" de lo que escribimos y lo adornamos artificiosamente sin motivo... eso es lo que hay que evitar.
ResponderEliminarYo te veo madera, Avaron, te animo a que sigas practicando y mejorando como escritor :D
El árbol, querido. Siéntate bajo sus ramas y huélelo, y verás como la cosa no parece tan terrible.
ResponderEliminar:)
No es terrible, querida, es asquerosa. La vida es grande y maravillosa, sólo que he de aceptar las pérdidas y las ganancias. Y hoy por hoy siento toda esta mierda como mi mayor pérdida, entre otras cuantas. Con sus respectivas ganancias, genial, si ya te digo, últimamente me atrevo hasta con el positivismo.
ResponderEliminarPero nada cambia que algo me ha arrancado una parte de mí que he estado considerando importante, que es el verme libre de escribir, aunque sea escribir por escribir. A veces me siento tan agotadoramente viejo, a veces veo toda esta obra tan sórdida, tan vacía, ¡tan lejana de la vida real! ¿En qué me ayudan por mejorar mi empatía?
En fin. Entre sacrificios y ofrendas, quid pro quo y minimum credula postero, con todas sus consecuencias S: