Canto de Prometeo [Secunda] - XV

    Desde el quicio de la puerta observaba los gestos de Clío. La entrenada precisión con que trazaba las líneas le fascinaba. La elegancia con que se pintaba los labios, perfilaba los ojos o preparaba el pelo le parecía sencillamente sublime. Cuando terminó salieron al encuentro de la noche helada y sus fulgurantes rugidos de alegría y toda la cohorte de luces rojas y blancas y anaranjadas.
    En algún momento de la noche, se alejaron del grupo para descansar de las horas de movimiento y ruido al abrigo de un amplio portal. Allí accedió ella a contarle el origen de la cicatriz que surcaba su antebrazo izquierdo. Él lo comprendió al principio. Sin embargo, aun hincando su mirada en el techo de la habitación desde la cama de matrimonio hoyada únicamente por su cuerpo, rememorando el momento, no acababa de asimilar la información, de asumirla, de aceptarla.

    -Existía una gran distancia entre ese momento y lo que yo quería conseguir. Bueno -susurró ella-, lo que aún quiero conseguir, en realidad. Una distancia que se hace más grande cuanto más ando. Si echo a correr, el páramo que hay allí crece más y más.
    Sus palabras se ahogaron en un leve gemido. Él calló e intentó ocultar su mirada.
    -Ey -le llamó ella, cogiéndole de la barbilla y besándole levemente los labios-, ¿qué pasa? Estoy acostumbrada, me hecho a la idea y lo llevo muy bien. De verdad -le dijeron sus ojos negros.
    Ella le dio un abrazo, el más cálido que más tarde podría recordar y después él salió a tomar el aire al balcón. Tan pronto la oyó salir del salón las lágrimas acudieron. Le dolió el llorar, le dolió el ocultárselo a su mirada inquisitiva, pero lo dolió más cuando, varias horas más tarde, desnudos bajo una sábana, sus dedos repasaban con suavidad la larga cicatriz.

Comentarios

  1. Quiero saber qué es esa cicatriz!!! Agh, eres tan bueno que me haces desear violentamente seguir leyendo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Sin comentarios, no sabré si lo has leído o no.
Igualmente, no sabré si te ha gustado o no.
Si te ha gustado y quieres más como esto, comenta en tal sentido.
Si te provoca ganas de vomitar y no quieres ver más como esto, ¡comenta en tal sentido!
Así que ya sabes, alza tu alarido:

Entradas populares