A la Luz de las Sombras - [Leda] - I

    Con un cansancio a las espaldas que superaba todo lo que podía concebir, con los huesos doloridos y la mente embotada, bajé del odioso carruaje y me encontré, al fin, con el majestuoso portón de madera de roble remachado de acero forjado. La entrada a la ciudadela de Amaurot. Los monstruosos muros de piedra pulida se alzaban con una estructura simple que no trataba de esconder la poderosa mole de la torre del homenaje, de estilo más elegante y casi etéreo. Rápidamente, pues acababa de anochecer y caía una insistente lluvia, corrí hacia las dependencias de los sirvientes, seguido muy de cerca por el cochero, que llevaba mi único y voluminoso macuto.
    -¡En nombre de Dios! -rugió el rollizo cocinero, que descansaba sentado en un rincón de la cocina, nada más se abrió la puerta- ¿Quién eres y a qué vienes aquí?
    -Soy...
    -Venimos en nombre de Karl Ömmen, somos invitados del Duque -intervino el cochero.
    -¿Pero qué hacéis aquí? -insistió el cocinero, levantándose y acercándose a ellos, bamboleando su enorme panza y rascándose la descuidada barba-. ¿Por qué no habéis ido por la entrada principal?
    -Creía que éstas eran las dependencias de los sirvientes. Quería dejar descansar a mi cochero antes de presentarme al Duque.
    -Sí, éstas eran las dependencias, hace setenta años. Ahora son los establos y esta cocina. Las dependencias que buscas están al otro lado de la plaza de armas.
    -Vaya, señor, que yo bien puedo esperar a que pare de llover para ir a acostarme -repuso el cochero, mirando con ansia las abundantes viandas desparramadas por las mesas.

    -Me presento, soy Avaron von Dietergauss -dije con una inclinación de cabeza.
    -Quedáis bienvenido a mi palacio -pronunció ritualmente el Duque, que pese a la sobriedad de sus palabras mantenía una jovial expresión y una juvenil postura en su asentio de madera lacada-. Más allá de vuestro papel como consejero a mi cargo y mensajero del venerable Karl Ömmen Sichnie, gozáis a partir de este momento de total libertad para marchar de estas estancias y volver cuando y como queráis, con la frecuencia que gustéis.
    -Lo agradezco profundamente, mi señor.
    Seguimos cruzando vacías formalidades, las suficientes como para dejarme percibir que le eran aún más molestas a él que a mí, hasta que llegó el momento de hablar de los asuntos que, oficialmente, me habían llevado hasta allí. El Duque era un joven inquisitivo, inteligente y profundamente analítico, que tal vez sacrificaba muchas de las cualidades que un noble debía poseer por nutrir su curiosidad y pragmatismo. Para cuando llegué a mi aposento, donde me esperaba mi macuto y un camastro cómodo y perfumado, ya me había convencido por completo de que la casual relación diplomática entre el Duque y yo se acabaría convirtiendo en una fuerte amistad.

    La mañana llegó con mucha más fuerza que la que había conocido los últimos años, a través de un ventanuco. Era una mañana fría y gris, pero sorprendentemente menos fría y gris que a las que me había acostumbrado en mi querida tierra norteña. Me asomé a la tosca apertura en el muro. Más allá de los altos muros, la loma en que se asentaba la ciudadela descendía por aquel lado de forma suave a un riachuelo tranquilo. Amaurot no parecía un buen punto estratégico para construir una fortaleza, a diferencia de algunas de las colinas y montes que veía desde allí. Por lo que había estudiado, jamás en la Historia escrita Amaurot había sido atacada, ni sobre ella pesó nunca la mirada de ningún enemigo.
    Vacié el contenido de la bolsa sobre el lecho. Reordené los objetos y los coloqué de forma estratégica por la habitación. Un pequeño espejo, que colgué de un clavo en una columna. Un legajo, el tintero y las plumas, que puse sobre la mesa. Los ropajes los guardé en el baúl junto con objetos varios no muy útiles y, finalmente, los diversos amuletos los dejé sobre las sábanas, observándome con su brillo siniestro.
    Rápidamente, sin temer por mi intimidad, llevé a cabo el breve ritual, guardé los talismanes y me cambié para pasear por los pasillos del castillo y averiguar dónde podría procurarme el desayuno.

    Era una estancia amplia, muy alta, intensamente iluminada por una arcada esbelta de finas vidrieras. Dos largas e inmensas mesas ocupaban casi toda la superficie del suelo. A los dos extremos de la sala, dos hogares sobrios y majestuosos. No me había costado encontrar el salón, pues el castillo era pequeño y de espacios amplios, sin pasillos abigarrados, inteligentemente planificado.
    Desde los ventanales hasta el muro contrario, desparramándose por la superficie de las mesas e inundando el espacio, las columnas de luz y motas de oro danzantes me ocultaban un rincón algo más sombrío de la estancia, en la esquina opuesta a la que se encontraba la entrada, donde me encontraba. Me acerqué lentamente. Había allí una figura difusa, bañada a medias por la luz vaporosa, inclinada sobre algunos platos y cuencos rebosantes de comida y varios tazones humeantes. Me acerqué más. Mis pasos alertaron a aquella persona, pues alzó su rostro hacia mí y tendió su voz aterciopelada y vibrante.
    -Te estaba esperando, Avaron -susurró una mujer de cabellos negros, hombros níveos descubiertos, elegantes curvas y unos ojos azules que me atravesaron el alma. Sonrió, mostrando con gracia sus blancos colmillos enmarcados por labios finos-. Ven y siéntate junto a mí -esperó a que así hiciese y continuó tras contemplarme con intensidad unos segundos-. Me presento, soy Leda.

Comentarios

  1. Sabes que amaurosis es el término médico para decir ceguera? Alomejor ya lo sabías y por eso le has puesto Amaurot a la ciudad ^^


    WAAAgh : me presssentoo, sssoy Avaron Von Dietergauss... (L)


    Serás capaz de mantener ambos proyectos paralelos? Quiero decir el canto de prometeo y ALS, porque si puedes... será adorable.

    quiero más!

    ResponderEliminar
  2. WAAAgh : me presssentoo, sssoy Avaron Von Dietergauss... (L)

    +1

    eso quería preguntar, ¿vas a seguir con canto de prometeo?

    Muy genial, muy genial... me encanta tu descripción de la casa, el ambiente...

    es muy tu

    ResponderEliminar
  3. misa guzta demasié pa mi body *0* !!!!!

    coincido con los dos comentario anteriores, la presentación de Avaron es orgásmicamente sideral >3<

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Sin comentarios, no sabré si lo has leído o no.
Igualmente, no sabré si te ha gustado o no.
Si te ha gustado y quieres más como esto, comenta en tal sentido.
Si te provoca ganas de vomitar y no quieres ver más como esto, ¡comenta en tal sentido!
Así que ya sabes, alza tu alarido:

Entradas populares